La idea de Crysis Warhead surgió durante el desarrollo de la primera
parte. Al preguntarse qué es lo que vendría después, los
desarrolladores pensaron hacer una expansión. Esta idea luego se
transformaría en un juego separado que contaría la misma historia pero
desde el otro lado de la isla, siendo el protagonista uno de los cinco
soldados, Michael ‘Psycho’ Sykes. Si has jugado la
primera parte seguramente lo reconocerás, Psycho es el soldado con
acento inglés que siempre estaba diciendo frases irónicas. Pasó un año desde la salida de Crysis y el motor gráfico sigue siendo de lo mejor que hemos visto.


Ahora bien, basta de chácharas. Hablemos de qué es realmente esta nueva
incursión. Crysis Warhead es Crysis sin duda. Ofrece la misma
jugabilidad y libertad que el original. Pero si te pasas unas horas con
él empezarás a notar las diferencias que al final hacen de Crysis
Warhead un juego más pulido. Es cierto que solo dura entre 5 y 7 horas y
esto no permite que sea tan épico como el anterior, pero el paso de la
acción se lleva mucho mejor y remueve esos momentos donde Crysis solía
ser repetitivo.

El hecho de que el perfil del personaje principal sea mucho más
parecido al típico héroe de acción, hace de Warhead un FPS mucho más
frenético. La acción abunda y tendrás poco tiempo para detenerte a
pensar si te estás divirtiendo o no. La historia pasa a tener un papel
secundario para dejar más lugar para la acción. A diferencia del
anterior, aquí la trama se cuenta mediante cutscenes
en tercera persona. Además, al ser un juego mucho más corto los
segmentos se han acortado considerablemente. Por ejemplo, el segmento
donde los extraterrestres detonan la bomba de frio aparece mucho antes
y juega un papel más importante en Warhead.